CERREMOS FILAS

Se terminó un proceso más en nuestro representativo nacional, una vez mas las dudas se convierten en el pan de cada día y el discurso de todos aquellos, que creemos tener la autoridad o los conocimientos para cambiar un problema que evidentemente nos rebasó.

Es verdad que se puede perder en Honduras, aunque jamás puedes dar una imagen de tanta impotencia como lo ha hecho México el día de ayer ya que finalmente en esta vida y sobre todo en este deporte la revancha es un pan de cada día, por lo que México tendrá que prepararse para ello trabajando y sobre todo señores CERRANDO FILAS.

No es el momento de culpar, eso no construye, en este país nos encanta culpar a los demás por todo lo que pasa, si de niño tienes el infortunio de pegarte en una mesa al momento de levantarte, entonces el culpable no eres tu sino la mesa, así de absurdo es nuestra manera de pensar, hoy todos y todas las aficionadas de este futbolero país , pedirán a gritos la destitución del técnico nacional y yo pregunto….¿Para qué?, ¿Qué ganamos comenzando otro proceso?....

Eriksson no tiene responsabilidad en la falta de carácter y personalidad del futbolista mexicano, no tiene la culpa de que el futbol mexicano sea una ratonera, llena de gente que un su vida ha pateado un balón, no tiene la culpa de que los medios y aficionados hemos convertido a estos jugadores medianos en superestrellas elevándolos al estado de semi dioses y pagándoles cómo si fueran una garantía mundial.

No pretendo hacer leña del árbol caído ni señalar a nadie, el equipo mexicano ha clasificado a la segunda fase y disputara un boleto rumbo a la copa del mundo, hoy señores a falta de tiempo y con el reloj en contra necesitamos unión jugándonosla con lo que tenemos, y una vez pasada la copa del mundo, ruego y exijo como cada aficionado mexicano que haya una sacudida en nuestro futbol, una revolución que nos ubique en la realidad y nos haga volver a ser “El gigante del Área”, sí el área mas mediocre que existe en el futbol mundial sin ninguna duda.

EDUARDO SARACHO