martes, 20 de enero de 2009

Campeones políticos pt 1


En Inglaterra, donde impera hoy el fútbol más competitivo y de mejor nivel del mundo en el plano deportivo e institucional, son empresarios y magnates poderosos los que pilotean los clubes logrando resultados fabulosos. El fútbol es un negocio empresarial extraordinario. De allí los colosales estadios, las adquisiciones multimillonarias de jugadores y ganancias incalculables en publicidad y apuestas.


En España o Italia, todavía predomina la fuerza social de las entidades deportivas, beneficiadas en los últimos años por la fuerza del Euro y su economía ascendente. El fútbol es un espectáculo caro, el mayor porcentaje de butacas es comercializado mediante el sistema de “Abono anual” a precios altos dejando un bajo número de asientos para la venta circunstancial en cada partido.

Brasil sostiene el sistema popular. El pueblo sigue llenando los estadios ignorando los avatares de todas las crisis. Los cariocas cuentan además con la mayor cantera del mundo y los clubes son verdaderas fábricas de jugadores.


Así, cada país busca los recursos apropiados para mantener con vida al deporte más popular que en los balances generales, en la mayoría de los casos cada institución descubre que son más los sinsabores que los éxitos, más pérdidas que ganancias. Si no existiera el interminable fuego de la pasión y el amor incondicional de sus hinchas, muchos habrían desaparecido.


Y ya que hablar del fútbol argentino me compete en esta columna, bueno sería relatarles como subsisten y continúan con vida el mayor número de clubes en un país que navega en el mar de las crisis de forma constante.


Cualquier espectador del mundo se preguntará de donde recaudan las entidades argentinas al ver por televisión los estadios semivacíos. Hoy el aficionado prefiere mirar los partidos desde su casa a exponerse a los graves peligros que acechan fuera y dentro de los estadios. Los clubes fueron obligados a gastar sumas siderales en circuitos cerrados de televisión, seguridad estatal y privada y pronto deberán incorporar vallas de vidrios blindados como para evitar hechos como el que protagonizó Riquelme hace poco tiempo en la Bombonera.


Es la televisión la mayor fuente de ingresos después de las ventas de jugadores al exterior. No todos tienen la posibilidad de exportar craks muy seguido.


Pero así como el lavado de dinero es un flujo de divisas importante que sustenta a clubes en algunos países, en Argentina casi todas las instituciones son apadrinadas por políticos, estén o no en funciones de gobierno. Claro está que si el padrino cuenta con un cargo importante, como gobernador, alcalde, ministro de gobierno o es el mismísimo presidente de la Nación mejor le irá al club mimado por éste.


Casos elocuentes hay mil, pero basta mencionar algunos pocos que quedaron como verdaderos paradigmas del “padrinazgo político”. El más emblemático fue aquel tricampeonato del Racing Club allá por la década del cincuenta, en pleno apogeo del Presidente Juan Domingo Perón fervoroso hincha de la “Gloriosa Academia” como el bien decía. Otro significativo resultó la predilección de Carlos Menem por su River Plate. Don Carlos no solo influyó abiertamente en varios torneos ganados por River en los noventa, también hablaba constantemente con su coprovinciano Ramón Díaz para discutir la formación de la escuadra “Gallina” y cuidado con desoír sus sugerencias.


continuará...

No hay comentarios: