lunes, 5 de abril de 2010

Con uno bastó: Guadalajara

No hubo merecimientos o un sustento válido para asegurar que el Guadalajara fue superior y dueño del Clásico. Como sea. Con uno bastó para derrotar al América y, de paso, dejar herido de muerte al archirrival.

La viveza de Omar Arellano —sí, con la colaboración de Guillermo Ochoa— y la soberbia actuación de Luis Michel, fue lo mejor anoche en el Jalisco. Punto.

La que parecía clara superioridad fue convirtiéndose en preocupación para El Rebaño. Los jugadores del Guadalajara no parecían enchufados o conscientes de que el América estaba enfrente. El mal era de todos, excepto uno.

Luis Ernesto Michel estaba más que despierto. Su par de atajadones en la primera mitad fueron la diferencia.

Y cuando las Águilas tocaban la puerta y el final de la primera mitad estaba a la vuelta de la esquina, apareció Arellano e hizo lo que América no pudo.

La jugada la pone en marcha Omar Esparza, quien con un preciso saque de banda dejó a La Pina en inmejorable posición ofensiva; Arellano gambeteó dentro del área, amagó el disparo y colocó la pelota entre el poste y el aún portero titular de la Selección Nacional. Memo Ochoa salió, achicó, pero dejó descubierto el primer poste y el atacante chiva no lo perdonó.

El Estadio Jalisco, que se pintó de rojiblanco, estalló y ya no paró. Parecía que la afición de El Rebaño sabía que si dejaba de ejercer presión, el América empataría.

El gol cambió el rostro del técnico José Luis Real, quien vivía un viacrucis en la banca. Pasaba una y otra vez la mano por el rostro, un ademán que desnudaba la preocupación de que el Clásico pudiera terminar en catástrofe. Pero, a final de cuentas, la sonrisa y el alma volvieron con el estratega rojiblanco.

En la parte complementaria no hubo mucho de Chivas, ni siquiera una opción que haya mantenido en vilo a su gente.

De noche pasaron elementos al ataque en los que existió mucha fe para que le dieran un matiz diferente el compromiso: Omar Bravo no tuvo opciones a modo (aunque en la jugada del gol sí jaló la marca para que Arellano fusilara); Adolfo Bautista tomó la pelota, fue voluntarioso pero tampoco pesó en el partido de la manera en que se esperaba. Eso sí, la afición le agradeció sobremanera su entrega cuando fue sustituido.

El Güero Real fue siempre fiel a los argumentos que ha sostenido desde que tomó las riendas del Guadalajara: no le entregó espacios a su rival, buscó proponer, aunque sus jugadores le quedaron a deber, especialmente a la ofensiva.

Será que hizo falta su hombre estrella, Javier Hernández, quien no estuvo al ciento por ciento para el Clásico... y seguro Javier Aguirre agradece la precaución, pues Chicharito debe reportar con la Selección Nacional, igual que otros cuatro rojiblancos: Bofo, Michel, Magallón y el Venado Medina.

A Chivas habrá que aplaudirle que en ningún momento buscó defender la ventaja. Los de casa no dejaron de ofender; si lo hicieron con o sin orden, esa es otra cosa.

En el palco de honor se disfrutó la victoria tanto o más que en la cancha. Jorge Vergara, dueño del chiverío, vio el juego acompañado de Emilio Azcárraga Jean, propietario del cuadro crema, quien tuvo que apechugar y soportar el show de la “pareja presidencial”.

Con la victoria en la bolsa vino de inmediato el desplegado. Vergara aprovechó la playera de su esposa, Angélica Fuentes (quien está embarazada) para enviar el mensaje después del triunfo: “Tu primera papilla de pollo”, se leía en la prenda de la primera dama rojiblanca, alegre como su esposo, feliz como el pueblo chiva.

Como sea.

José María Garrido

No hay comentarios: