sábado, 2 de mayo de 2009

Más claro... ni el agua

Y es que la demostración de buen futbol que se pudo ver este sábado en el estadio Santiago Bernabeú (al menos de parte de un equipo) puso las cosas en su justo lugar.
Barcelona y Real Madrid llegabán al clásico del futbol español con dos perspectivas muy diferentes de la realidad.
Uno, viendo las cosas desde arriba, aspirando a llevarse todos los trofeos por lo que esta contendiendo, rompiendo récords y desplegando un juego de ensueño que hace recordar a equipos ya legendarios.
Otro, luchando cada semana contra todo el mundo y contra si mismo, haciendo un futbol opaco y fortuito más que elegante y convincente, aspirando solo al trofeo de la liga casera y soportando la presión psicológica que conlleva ser segundo desde hace mas de 15 semanas.

Cada uno con sus estilos, cada uno con su historia y cada uno con sus sueños, pero los dos con un solo objetivo en mente. Ganar el partido más importante de la Liga.
Habiendose jugado 33 fechas, existiendo una diferencia de 4 puntos y con 15 puntos más en disputa la ocasión era la ideal para definir el futuro de esta travesia.
El escenario fue perfecto, digno de una tarde histórica, en la que la casa blanca y sus aficionados fueron testigos de algo más que un simple partido de futbol. Fueron testigos de un recital.
Desde la semana previa el partido fue obteniendo un marco idóndeo, con declaraciones de ambos bandos, palabras de los entrenadores y hasta frases de personajes históricos de cada institucion que llevaban un mensaje claro entre lineas. Distraer al rival. Pero esa "guerra de palabras" le salió muy cara al Madrid y paso totalmente inadvertida para el Barca.

El partido comenzó con un ritmo vertiginoso, con chances para ambos lados y toques maestros de las llamadas figuras, como era de esperar, y continuo asi por un tiempo, o mejor dicho, hasta que el Barca quiso.
Al minuto 14 la Liga estaba más que viva cuando Higuaín remató de cabeza un centro por derecha de Sergio Ramos y que dejaba sin mucho que hacer a Victor Valdés. 1-0 el Madrid y todo un partido por jugar y demostrar que nunca es demasiado tarde.
Eso fue lo mejor que pudo haber pasado, pues al equipo de Guardiola le puede gustar que le piquen el orgullo y fue justo lo que paso.
Cinco minutos y medio más tarde el Bernabeú era un cementerio. Los goles de Henry y Puyol eran los primeros clavos en el ataúd de un equipo que ya comenzaba a dar sus primeras patadas de ahogado, que terminaron por ser bastantes al termino del primer tiempo con el tercer gol de Messi, que minutos antes ya habia tenido en sus pies al menos otro par. En ese momento el Madrid seguia vivo gracias a Iker Casillas.

Comenzando el segundo tiempo las cosas se estancaron un poco en la mitad del campo e incluso los locales se acercaron logrando anotar un segundo gol al minuto 55 obra de Sergio Ramos a pase de Robben. Esa fue la última bocanada de aire fresco de una presa fácil para un equipo depredador.
Tres minutos después Henry marcó el cuarto con una facilidad pasmosa para devolver todo a la normalidad, esa que lleva dandose en España desde las primeras jornadas. En otras palabras, la suerte estaba hechada con mas de 30 minutos por jugarse.
Los útlimos dos goles del Barcelona fueron algo así como una obligacion al espectáculo, pues de no haber caído hubiese sido como si la verdad solo se contará a medias y todos aquellos que presenciamos el partido nos hubieramos ido con un extraño sabor de boca. Messi por segunda ocasión y Piqué con su primer gol del torneo clavaron las dagas finales que dieron más lucimiento a un marcador digno de final de Roland Garros. 6-2 y un Madrid pidiendo que no se juege el segundo set. La historia de este club no soportaría otra paliza similar.

Y a callar nadamás, todo está decidido, ó estaba desde muchas jornadas atrás aunque no faltan los que pensaban que este final podía ser distinto. Para ellos un aplauso, por no perder la esperanza. Y para los demás, también por esperar que sucediera lo lógico, lo innegable, lo previsible y que nunca habia sido más justo y merecido.
Ahora al Barca le ocupa su otra competencia, la importante, la de mayor prestigio y que tendrá que definir en condición de visitante en próximos días con un ánimo mas que elevado y unos argumentos para espantar a cualquiera.
Y al Madrid le toca esperar un año más, prepararse y planear de que manera podrán ser contendientes en una liga que desde hace mucho no dominan, pues actualmente la realidad, yo la veo más clara que el agua.

(Fotos: www.as.com, www.marca.com)

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