martes, 4 de noviembre de 2008

¡Los muertos viven!




Lo que se vio en la pasada jornada del futbol mexicano encajó a la perfección con la atmósfera que dicho fin de semana generó en nuestro país. Por esto me refiero a las fiestas ya comunes en estos días con motivos como fantasmas, espectros, calaveras y demás que son ya una costumbre para los mexicanos, o al menos para una mayoría importante.

Dentro de la cancha ocurrieron fenómenos dignos de ser comentados, como el triunfo del America, el empate entre Guadalajara y Pumas, los triunfos de equipos como Monterrey y Pachuca y las derrotas de Atlas, Tecos y Cruz Azul.
En lo anterior cabe destacar que no utilizo ningún calificativo para los resultados, solo los menciono tal como son, como resultados, pero detrás de ellos es en donde esta nuestra cancha para el análisis.
Volviendo al tema central de esta columna, entonces, hablemos de lo ocurrido en la cancha del tres de Marzo el pasado viernes 31 de octubre. Noche de brujas, y vaya que lo fue para algunos.
En las calles de la ciudad los niños salen a pedir Halloween pregonando la amenaza de "dulce o truco", "regalo o susto" con la esperanza de recibir siempre lo primero y evitarse hacer lo segundo que muchas veces ni siquiera llevan preparado ni quieren ejecutar. Lo que pasó en la cancha del estadio universitario fue justamente una puesta en escena de este acto infantil, en el que el regalo se lo llevó el America y el susto o castigo los Tecos.

La descripción de los hechos y sus actores son los siguientes:

El acto: tiro libre a favor de Tecos cobrado por Rafa Medina desviado claramente por un jugador de la barrera americanista hacia tiro de esquina.
El malo: Armando Archundia, que dejó correr la acción y que fue ya exonerado por la comisión de arbitraje en voz de su presidente Aaron Padilla.
El truco: un acto de magia, magia arbitral, pero que solo él se creyó pues quedo a la luz de todo el mundo y ante los ojos del publico que asistió a presenciar el espectáculo.
El vivo: Memo Ochoa, que sabiendo a conciencia lo que acababa de ocurrir tomó rápidamente un balón de detrás de la portería y lo puso en juego para distraer la atención del silbante y sus asistentes.
El verdugo: Rafael Márquez Lugo, con amplio trayecto recorrido en equipos de primera división, uno de ellos justamente los Tecos en el torneo anterior.
La victima: Tecos, que ante tal barbajanada quedó fuera del juego mentalmente y no pudo sobreponerse al hecho perdiendo así una oportunidad para clasificar a la liguilla.
El casi muerto: America, que con el resultado mantiene vivas sus esperanzas que si bien son pocas por la combinación de resultados que necesitan darse, esta a la caza de puntos. Matemáticamente tiene chances.
El resucitado: Ramón Díaz, el pelado, que con los tres puntos y esa pequeña ventana abierta con vista a la liguilla recibió una semana mas de oxigeno aunque no se le puede dar todavía de alta en su cargo al frente del primer equipo.

El villano en la noche del viernes no vistió de negro, llevaba uniforme amarillo y silbato e iba acompañado de un cuerpo arbitral igual de macabro que el.
Los dolidos universitarios no pueden hacer mas que lamentarse y pensar en sus siguientes partidos, con el “consuelo” de aun tener dos juegos pendientes por disputar y los argumentos para dar un empujón fuera de la liguilla a un América agonizante que depende de otros que le acerquen su medicina para seguir viviendo.

America respira, el pelado Díaz agradece y Archundia, árbitro mundialista en Alemania y con serias posibilidades de volverlo a ser en Sudáfrica, nos entristece.
No cabe duda que en nuestro futbol algunos fantasmas todavía espantan, y no podían faltar a tan oportuna velada.

BERNARDO HERRERA

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