La gente ya empezó a manifestarse al darse cuenta que su productividad en el último año ha sido tan pobre, que a ese que se convirtió en ídolo y al cual añoraron cuando se fue a España, en búsqueda de triunfos en el Deportivo La Coruña, ahora lo abuchean.
Sin embargo, a pesar de su nula productividad ofensiva, el técnico del Rebaño, José Luis Real, ha decidido mantenerlo a piedra y lodo. Las críticas contra el sinaloense no han cesado, pero Real sigue firme en sus convicciones y no le quita su lugar en el once titular.
Bravo, quien rompió el silencio ante los medios —inexplicablemente se cerró en su mundo y decidió no atender a los medios cuando le fue mal— aceptó su mala racha, y reconoció que está en deuda con la afición y espera devolverles esa confianza que poco a poco, él mismo se ha encargado de perder.
“No me puedo mantener al margen de todo lo que se dice de mí, pero al final uno es quien sale a la cancha y trata de hacerlo lo mejor posible. No me arrepiento de las decisiones y sé cuáles fueron las circunstancias que me pudieron ayudar y las que me perjudicaron para no estar en la Selección. Sé que estoy en deuda con la afición y quiero marcar goles para volver a ser el de antes”, dijo de entrada el mochiteco.
“Mi compromiso ahorita es con mis aficionados, con los que están esperando más de mí, los que esperan que meta goles, los que esperan que salgamos campeones; ese es mi compromiso, tener una recta final muy buena para llegar bien a una Liguilla. Ese es mi compromiso, si lo demás llega, tampoco soy nuevo, pudiera estar preparado para cualquier cosa, he estado en muchos escenarios que no me espantan en lo más mínimo y que venga lo mejor”.
La baja productividad le hace reconocer, a regañadientes, que perdió su posibilidad de acudir a la Copa del Mundo defendiendo los colores mexicanos, como consecuencia de errores cometidos en los últimos años en su carrera.
“Muchas de las decisiones que tomé en su momento fueron pensando en ir al Mundial, por eso volví de La Coruña, para tener una continuidad, porque no era mi momento, no tenía ritmo y muchas otras cosas más; me he visto perjudicado en muchas cosas como en mi accionar”, dijo, haciendo el mea culpa.
Su confianza en sí mismo es demasiado alta, al menos eso refleja hacia el exterior cuando dice que está cerca de volver a ganarse a la afición.
“No he metido los goles, quisiera hacerlo cuanto antes, en ese sentido pudiera decir que me siento en deuda con los aficionados, pero me siento en el camino de reconquistar a la afición, a esa que está esperando al Omar goleador, al de antes, y eso llegará. Mi compromiso, independientemente de la posición, es anotar goles”, aseguró, con la confianza del delantero que se siente enrachado, aunque está lejos de estarlo.
“Los goles llegarán, tengo fe. No me desespero. Tengo fe en el equipo y no estaré tranquilo hasta no estar con la afición o la obtención del título”.
José María Garrido
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