jueves, 11 de septiembre de 2008

Requiém por Cuauhtémoc Blanco


Rara la ocasión en que aquí hablo de fútbol. Diversos factores han influido en mí como para que dejara de emocionarme cada que vería a las chivas jugar cada semana como por ejemplo el hecho de tener que pagar por ver los partidos de dicho equipo como local sólo por Sky, y porque de veras, contrario a lo que nos quieran hacer creer, el fútbol mexicano es de un nivel bajo. El reflejo de nuestra vida social, política y de nosotros como país: conformista, corrupto, mediocre y un contradictorio etcétera. 

Bajo estas circunstancias escribo sobre el retiro sorpresivo de Cuauhtémoc Blanco de la selección nacional mexicana. 

De temple inestable, pero calculador, colérico pero sorpresivo, el oriundo de Tepito nos dio razones para creer que tal vez México ya está listo para competir con los grandes. Mis años adolescentes, que no veo tan lejanos, gozaron lo mucho que aportó a la selección frente a Bélgica con ese extraño pero efectivo remate a contrapierna, o aquél baile que le dio a la zaga brasileña en la Confederaciones de 1999 (una especie de selección B con un Ronaldinho que apenas despuntaba); la mamona cuauhtemiña y  las broncas de las que era parte y muchas veces iniciador. 

Las canchas mexicanas tardarán en encontrar una figura que genere tantas opiniones encontradas, un personaje que conectó con la gente ya sea por su origen humilde y por su conducta salvaje llevada a veces al extremo, como cuando golpeó a escondidas a David Faitelson. Digno de fútbol llanero el detallito. 

Como chiva de no tanto corazón, gozaba en secreto aquellas jugadas que derivaban en dolorosos goles contra mi equipo. Pero eran goles al fin y al cabo, goles que anotó en mundiales, en el Necaxa, en el Veracruz  y en el equipo que ha sufrido desde que lo vio partir de su nido: el América. 

Un equipo que brilló junto a él incluso en situaciones críticas, como cuando amenazado de muerte por fans del América de Cali de Colombia, le metió tres en su mismísimo estadio. ¿Alguien dijo huevos? 

Pero los ciclos son tan inminentes como chocantes, el primer aviso fue la decisión más estúpida de Lavolpe de no llamarlo a lo que pudo haber sido el tercer mundial del chilango preferido de los chilangos, una justa donde pudo animar e inyectarle ese sabor único en él a la descafeinada selección que nos representó  por esos lares. 

Años después saldría del nido de Coapa, para aterrizar en Chicago, ciudad mexicana en territorio Estadounidense, donde ha llegado a opacar incluso al marketstar David Beckham. 

Se rumora que quiere o le gustaría ser alcalde de Chicago según el diario Récord, un paso arreisgado seguramente, pues segundas carreras nunca fueron buenas, pregúntenle a Carlos Hermosillo. 

Seguro el América en un intento para volver a llenar su estadio, intentará arrebatar al nuevo ídolo del chicago fire de los jodidos de allá y retirarlo en definitiva con los jodidos chilangos de acá. 

Vaya una oda a uno de los últimos ídolos goleadores y animadores del fútbol mexicano, que como reflejo de la sociedad "azteca" vive época  de vacas flacas. ¿Quién será el nuevo 10 de la selección?

FERNANDO HERNÁNDEZ

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