viernes, 19 de junio de 2009

Los sabios de nuestro futbol

En días pasados tuve la oportunidad de leer una entrevista hecha al actual seleccionador del que hoy por hoy es el mejor equipo nacional de futbol a nivel mundial. Me refiero a España, y en concreto a su técnico, Vicente del Bosque.

Éste estratega cogió reconocimiento en el panorama mundial a raíz de su paso por el Real Madrid de los llamados galácticos en la primera gestión de Florentino “compro todo, rompo el mercado” Pérez, liderando el proyecto que encabezaron jugadores como Zidane, Ronaldo, Figo, Roberto Carlos, David Beckham, Makelele y Raúl entre otros.


Al leer la entrevista, llevada a cabo en las instalaciones de la ciudad del futbol de Madrid, la humildad, el compromiso y el trabajo serio e intencionado hacia la aventura que ahora le representa la selección española resultaban evidentes y en cierto grado contagiosos.

Sus aspiraciones al frente de la roja: conquistar la Copa Confederaciones en este 2009 y para el siguiente verano levantar la Copa del Mundo.

Poca cosa.


Parecer ser que ahora aquella mentalidad fatalista y pesimista que tenían los españoles hacia su selección décadas atrás ha dado un giro de 360 grados en cuestión de pocos años, y se esta gestando una nueva fé popular y creciente hacia la idea de alcanzar cualquier objetivo que se proponga la selección. Todo girando alrededor de un sustantivo que en nuestro futbol es poco menos que caduco sino es que inexistente. La confianza.



Esto lo digo, y sin temor a equivocarme, por el ambiente que se percibe de manera evidente dentro de nuestro “amado” futbol, el cual se encuentra infectado hasta los huesos con el virus de la envidia y la soberbia que para evidencias concretas nos tiene estancados en el no pobre, sino ridículo y vergonzoso cuarto lugar de la zona mas retrasada futbolísticamente a nivel mundial, además, de las innumerables y ya innecesarias situaciones que se dan cada día en el futbol local. Sin ir más lejos, el draft.


Pero la ocasión y el esfuerzo no deben desperdiciarse en recriminar (con espada desenvainada) todo lo que venga de las altas esferas del futbol mexicano, por el contrario busca hacer notorias ciertas cosas positivas, por pocas que sean, que históricamente han formado parte de la idiosincrasia, la comprensión y la manera en que el aficionado común entiende a este deporte en los últimos años en nuestro país.


Me refiero al papel de los directores técnicos, pero no de cualquiera de ellos, sino de aquellos que han marcado una época o han patentado un estilo propio latente en algún tramo, por breve que sea, o grupo de futbolistas (que incluso llegan a declararse aprendices de tal o cual corriente) y que finalmente han dejado su huella ya sea en el máximo representativo nacional ó en algún equipo portador de la bandera mexicana en arenas internacionales.


Y la cuestión es, que exactamente, cuando llega el momento de iniciar con la lista mental, los nombres aparecen, pero se cuentan con los dedos de una mano. Pero están.

Y no se puede negar que forman parte de nuestro futbol.

Es curioso cuando la totalidad de estos nombres han tenido, algunos hasta por partida doble, su oportunidad en la selección para mostrarse como la solución ó la vacuna contra la antes mencionada enfermedad que nos aqueja y la evidente carencia de talento futbolístico que asecha las piernas de los jugadores.


Nombres como el de Javier Aguirre, Manuel Lapuente, Enrique Meza y (el mexicanizado) Ricardo Lavolpe han “gozado” y sufrido las mieles de ser nombrados técnicos nacionales y han terminado cada uno con respectivas cuentas. Unas positivas y otras no tanto pero que han marcado momentos que el aficionado aun recuerda y sigue dando resultados en tiempos más que actuales.


...continua con segunda parte

No hay comentarios: