viernes, 19 de junio de 2009

Los sabios de nuestro futbol

...segunda parte



¿Quién no recuerda el juego, la garra y la lucha de aquella selección de Francia 98, ó la clasificación al mundial y el subcampeonato en Copa América del equipo de Aguirre, ó la Confederaciones y el Mundial que se jugaron en Alemania con Lavolpe, o bien, lo hecho por el Pachuca del profe Meza en la Sudamericana del 2006 coronándose en suelo sudamericano?


Todos llamados en su momento tiempos de cambio y de mejoría que terminarían por situar a México en el lugar que tanto merece en el plano mundial y que servirían para sentar las bases a futuras generaciones que como mínimo deberían plantearse el conseguir los mismos objetivos.


¿Pero qué ha pasado?, ¿por qué parece que siempre que se consigue algo positivo después alguien viene y lo hecha a perder?, ¿por qué no se continua con la misma línea de trabajo y con el mismo grupo de personas?, ¿por qué los jugadores que en la cancha han dado pinceladas de poder llegar a ser cracks finalmente solo se convierten en esperanzas infladas y mercancías que prueban suerte en uno y otro equipo nacional sin la aspiración de emigrar del país?, ¿por qué cuando un técnico finalmente entrega resultados dentro del rectángulo verde nos aferramos en desgastar la relación y criticar la manera en que responde a nuestras preguntas?, ¿por qué se siguen creando confusiones y disgustos entre los dueños y presidentes de equipos cuando llega el tiempo de jugar un nuevo torneo con cuadros de otros países (Superliga, Liga Campeones de Concacaf)?, ¿por que jugamos este tipo de torneos en el primer lugar?, ¿para quién son los beneficios directos?, ¿qué sucedió con la generación de oro de Perú 2005?, ¿por qué soportamos y gastamos tanto papel para cubrir discursos vacíos de la Federación que se asemejan más a lo que dice un político en campaña que solo promete y promete y que no se ve para cuando vaya a entregar resultados?, ¿por qué cuando en otros países parece dar resultados la formula de invertir dinero en jugadores, contratos, campañas publicitarias, instalaciones y entrenadores, aquí sucede exactamente lo contrario y solo se cosechan fracasos? (comparar gastos de América ó Chivas con los de Puebla ó Indios, ó los de la misma selección con los de Honduras ó Costa Rica), ¿por qué reciclamos y reciclamos jugadores sin darle mayor paso a jóvenes? (todos los equipos)… y una lista larga de otros más que me pueden pasar por la mente.


En mi opinión todo esto sigue y seguirá sucediendo hasta que no exista en el entorno mexicano el sustantivo pilar de los éxitos del citado ejemplo de la selección española. Confianza

Con el entrenador, con su grupo de trabajo, con y entre los directivos, con y entre los periodistas, con los jugadores, entre compañeros, hacia el arbitro, con el publico, con uno mismo.

Confianza que se refleje en cada acción, cada palabra y cada decisión tomada y que genere otras tantas virtudes que se magnifiquen en el trabajo grupal.

Que se contagie en el vestidor, en el trabajo, en la escuela, en la calle, en los restaurantes, en el medio y en la cancha.

Que se perciba desde fuera y preocupe a quien se nos ponga enfrente, pero no de un modo retador ni altivo, sino responsable y profesional.



¿O me equivoco cuando digo que es eso justamente lo que se percibe del equipo español entrenado ahora por Vicente del Bosque y que es toda una ola nacional en el país ibérico? Porque hay que recordar que esta selección también cambio de entrenador hace no mucho tiempo, aunque en circunstancias totalmente distintas y aun así mantiene una misma línea de trabajo, una misma base de jugadores y un mismo nivel competitivo que con el paso del tiempo parece ir en aumento.

Y en España dicen que para tipos difíciles y tercos, Luís Aragonés, ex seleccionador, llamado no por nada el “sabio de Hortaleza


Y nuevamente lanzó una pregunta. ¿Es realmente difícil adaptar este modelo y practicarlo en nuestro país?, porque he escuchado que de los españoles heredamos todo, hasta la mala suerte, pero últimamente ésta les ha sonreído en cuanto a deportes profesionales o de alto rendimiento se refiere, y mientras tanto acá seguimos dando tropiezos y poniéndonos piedras en el camino a nosotros mismos.

Por eso ante la falta aparente de remedios, ideas, proyectos y gente capaz, debe haber alguien que levante la mano y sacuda el maleado ambiente que existe en nuestro futbol desde años atrás.

¿Quienes son los discípulos de nuestros sabios o tal vez, los independientes, que puedan darle a la situación la posible solución?


Por lo pronto seguiremos esperando que con el trabajo (transitorio) de Javier Aguirre se logre cambiar el chip e inyectar amor propio a quienes “el vasco” seleccione como los ideales para enfrentar las siguientes pruebas, aunque es sensato estar preparados para cualquier escenario, aun cuando éste sea aquel que nadie desea.

Tal vez solo así vendría un cambio real.


Bernardo Herrera

Imagenes: (ibtimes.com.mx, mx.sports.yahoo.com)

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