sábado, 15 de agosto de 2009

¿Provocación?

La influencia de algunos dueños de equipos de primera división en México se ha manifestado en la aplicación –o más bien, reducción- de castigos por parte de la comisión disciplinaria.


Se ha dicho por parte de la mencionada comisión que cuando un futbolista provoca a otro, se produce una atenuante a favor de aquel que ha mostrado una conducta violenta.


Me parece que no debe ser así. Cuando se habla de provocación, quienes definen y redactan las reglas de juego se refieren a aquella acción en la que un futbolista incita a otro a cometer una conducta ilícita o a molestarlo. No entran en esta clasificación acciones tales como roces comunes inherentes al juego mismo, como podrían ser jalones de camiseta, manotazos, alguna palabra altisonante –dependiendo la forma y circunstancias en las que se diga-, algún empujón para tratar de ganar una posición mientras la pelota no está en jugo, etcétera. Una provocación debe ser considerada como una acción no natural del juego que busca como objetivo provocar a un adversario.


En el caso reciente del defensor Aquivaldo del América, es claro que la presión de la televisora, aun dueña de tres equipos por lo menos, y de nueve contratos de televisión con equipos de primera, ha hecho mella en la comisión disciplinaria.


Pero, parece que los medios y la afición por fin han madurado. Ya no se cuecen al primer hervor ni se siguen chupando el dedo. Ante la reducción de esa sanción inicial de tres partidos para Aquivaldo (espero que así se escriba), tanto los aficionados como los medios de comunicación hemos establecido que se ha tratado de una vulgar presión de la televisora correspondiente hacia la comisión disciplinaria.


Y no me vengan con el viejo cuento que la provocación está documentada y por tal motivo le bajan el castigo al americanista. En todo caso hubiesen castigado con una multa al jugador de Monarcas, dado que “provocar a un adversario” solo es castigado con amonestación.


Ante tal “provocación” a la inteligencia de los aficionados, el Presidente de la comisión disciplinaria y ayudantes mayores que lo acompañan, tendrá que renunciar en aras de tratar de rescatar la credibilidad de nuestro futbol.


Habrá que decir que los reglamentos deben ser más explícitos con el concepto de "provocar a un adversario”, “juego brusco”, “juego brusco grave” y “conducta violenta”. En los próximos capítulos trataremos de explicar tales conceptos, porque al parecer, ni la comisión disciplinaria, ni la comisión de árbitros, ni los equipos ni los medios de comunicación en general, los entienden ni los tienen claros.


¡Gracias, Amables Aficionados del planeta!



JOSÉ LUIS LÓPEZ PARRA

No hay comentarios: