viernes, 10 de julio de 2009

Reflexionando sobre el actual andar de la selección nacional

El día de hoy por la mañana reflexionaba sobre el papel que debemos jugar nosotros como comunicadores, ante el tremendo bache por el cual navega nuestro fútbol.

Decidí, en un primer momento, analizar el contexto en el cual se encuentra el ejercicio periodístico, en referencia al tema de la selección nacional; en definitiva un buen tema para ser evaluado y analizado desde varias perspectivas. 

En este contexto: imperan las fuertes críticas entorno al bajo rendimiento de jugadores, se habla de una enorme carencia en cuanto argumentos futbolísticos se refiere, se resaltan los malos resultados en la eliminatoria mundialista, se comenta el excelente momento por el cual atraviesa el equipo nacional de los Estados Unidos, se habla de una Federación Mexicana enferma y se asegura que se antepone lo económico antes de lo deportivo….

Se dice, se dice y se dice… pero poco se propone.

Con esto no quiere decir, que me manifiesto en contra de las afirmaciones antes mencionadas; pues evidencias sobran para justificarlas; el problema reside en un olvido generalizado de la responsabilidad que implica ser comunicador. Por momentos, pareciera que los errores de un grupo de jugadores y de todo el andamiaje que conforma la estructura directiva del fútbol mexicano, fueran el motivo perfecto para despotricar en contra de quien mejor nos plazca. 

Asimismo, no pretendo criticar a nadie, ni mucho menos descalificar el ejercicio profesional de quienes poseemos el poder de ser lideres de opinión en diferentes escalas; situación que se ve posibilitada gracias a la comunicación de masas y la tecnología que desde hace ya varios años permite llegar a miles de personas de forma simultanea; por lo contrario, invito a reflexionar y a ser autocríticos. 

Cuantas veces en las últimas semanas, no hemos escuchado comentarios como: “Ojala que la decepción mexicana, no vaya al mundial, a ver si así se les quita” ó “Hay que apoyar a los Estados Unidos”. 

Estos comentarios surgen, en mi opinión, en el siguiente contexto: 1) medios sensacionalistas que bajo la misma filosofía que critican, prefieren elevar sus ventas, en lugar de preocuparse por el desarrollo de contenidos de calidad; ojo, no siempre es así, existen muchos elementos tanto tecnológicos, conceptuales y humanos que valen la pena del ente mediático. 2) Un fuerte malinchismo arraigado en nuestra cultura desde hace mucho tiempo atrás, manifestado no solo en este aspecto de la vida, sino en prácticamente todos. 3) La decepción, frustración y/o coraje que uno como aficionado siente al ver al equipo nacional en tal situación. 4) Constante bombardeo mediático que no logra más que reafirmar que estamos mal, y por si fuera poco, cínicamente aprovechamos cualquier momento para afirmar que la CONCACAF no nos merece. (Aunque no lo hagamos de forma explicita)

Démonos un baño de humildad y así aprendamos a reconocer la responsabilidad que nos demanda un ejercicio ético y profesional, apelemos a la objetividad en nuestras declaraciones, busquemos consignar aquello que se hace de buena forma y no solo aquellos errores que puedan causar revuelo, y jamás olvidemos el impacto negativo que pueda generar en miles de personas que consumen lo que nosotros emitimos. 
Fernando Valencia
Boletín Marcador

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