
Después de haber jugado su tercer encuentro en lo que va del año, el segundo de carácter amistoso, la selección vuelve a dejar algunas dudas en cuanto a lo mostrado en la cancha, dando por momentos exhibiciones bastante rescatables y en otros, sembrando el pánico ante la falta de ideas, variantes y futbol. El partido ante Bolivia no representó, en materia futbolística, más que un entrenamiento del que el señor Eriksson y compañía deberán sacar las mejores conclusiones y, en cuanto a el plano económico pues que decir. La Federación se asentó otro excelente negocio, aunque no tan redondo como les hubiera gustado ya que el rival no era de gran cartel y su población en el país del norte es muy escasa.
Establecer los puntos débiles y las fortalezas del equipo es muy riesgoso solo tomando como referencia el partido celebrado en Denver, ya que el rival fue nadamas y nadamenos que el penúltimo de la eliminatoria en Conmebol, solo por encima de Perú y con únicamente 2 partidos ganados de 10 disputados. Es decir, Bolivia no es un parámetro real, cualquier equipo de Concacaf lo puede vencer, hasta Belize en un buen día, pero lo rescatable apunta mas bien al lado de la confianza ganada al interior del grupo, al sacudirse ciertas presiones y al despejar algunas dudas en torno a jugadores.
Haciendo un recuento rápido de la alineación que salto al frío césped de Colorado es por mas obvio señalar que solo 3 ó máximo 4 jugadores tendrán cabida con la incorporación de los "europeos" y el regreso de las bajas por lesión y copa Libertadores.


Este tipo de examenes, de bajo nivel educativo para algo deben servir, espero que sea para el bien de nuestro futbol y no para enriquecer a algunos pocos.
¿Será?
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